martes, 5 de octubre de 2021

LOS DOS PANES DE SHABAT

                      “LOS DOS PANES DE SHABAT


         “Su origen y tradiciones en Marruecos”


                             Por el Doctor José Edery Benchluch


                Tras el shahrit (tefilot u oraciones de la mañana) de Shabat (sábado) en la sinagoga “Bet Saadia” de Málaga (denominada al parecer en cavod del melillense Saadiá Cohen), nos disponíamos en la sehudá sheniyá (segunda comida del Shabat) almorzar una sabrosa y tradicional dafina el grupo de “las habituales” parejas, con la asistencia del entonces rabino principal Rab. León Benguigui. Este en su pedagógica y educada norma participativa me ofreció que dijese la berajá (oración) del Hamosí (del pan, como se suele conocer generalmente, aunque signifique “extraído”) tras su berajá del Kidush (o “santificación”, bendición sobre el vino) o Kidushá Rabá. En la tradición familiar, y de mi pueblo de Larache, sujeté y abarqué con los diez dedos de ambas manos los dos elaborados y trenzados halot o panes, colocando uno encima del otro, y pronuncié la berajá de “…hamosí lehem min haaretz”. 

                Y cuando me disponía según la costumbre de mi tierra magrebí a desgajar con la mano uno de los panes en dos, y untarlo tres veces en la sal con la berajá conjunta de los asistentes de “A. melej, A. malaj, A. imloj, leholam vaed”, escuchamos una fuerte e impulsiva voz de uno de los presentes oriundo de Rusadir: ¡Noo!, ¡Así no se hace! de forma repetitiva. A lo que intervino el rabino y le corrigió educadamente: “Cada cual lo hace según su costumbre y tradiciones.” Posteriormente pregunté al buen y apreciado amigo mío que me interrumpió, si conocía el significado de los “dos panes del Shabat” y su halash o “porqué”, a lo que me contestó negativamente.

           Esta pregunta la efectúe a muchos correligionarios con diverso nivel cultural: religiosos, tradicionalistas, practicantes, ortodoxos, liberales, etc, y sin distinción de sexos y edades. Y con la misma sorpresa que tuve con mi amigo, me llevé con la mayoría a los que pregunté y a los que dirijo estas personales explicaciones y comentarios. Y para ser estricto en el contenido, vamos a recurrir para comenzar en la línea de lo escrito en La Torá y en el Shulhan Aruj en relación a los “dos panes”. Y posteriormente pasemos a las costumbres, tradiciones, y/o escritos talmúdicos o rabínicos sin querer contravenir las halajot(reglas rabínicas suplementarias de la Torá), takanot (disposiciones rabínicas legislativas dentro de la halajá) o guezerot(prohibiciones rabínicas de determinadas actividades).

                Para explicarnos el origen de los “Dos Panes del Shabat o Sábado” recordemos su gestación en el recuerdo del Maná o Man (mem, nun) y vamos a recurrir y leer en el Pentateuco o “Cinco Libros de la Torá”, su libro segundo Shemot o Éxodo y su libro cuarto Bamidbar o Números. En este tema del Maná, como en otros, suelo recurrir a los cinco volúmenes de “La Torá con Rashí” editados en México, o al “Humash Ha Mercaz” (o “Libro de la Torá”) del Centro Sefaradí de Jerusalén. Al cuarto libro de la Torá Bamidbar o Números, nuestros morés (maestros) y rabanim (rabinos) de Larache nos enseñaron a denominarle Humash Hapekudim o”Libro de los Censos”, pues de estos trataban los primeros capítulos. Y su nombre, según me explicó mi padre David zl, Maestro Nacional por Madrid y versado en griego (además de hablar otros seis idiomas como español, francés, inglés, árabe, hebreo y esperanto), se debía a una mala interpretación de la traducción de los “Setenta” al griego del vocablo Aritmoi o “Números”.
                                                                   EL MANÁ o MAN

                En el libro de Shemot o Éxodo en la perashá (una de las 54 partes en que dividimos la Torá para su lectura semanal a lo largo del año) Beshal laj (cap.16) leemos que El Eterno tras las quejas del pueblo hebreo por sus añoranzas de la carne que comían en Egipto, tras hartarles por la tarde de codornices, por la mañana y todas las mañanas les proporcionó (durante cuarenta años según los midrashim o exégesis de los textos bíblicos) el sustento diario en forma de un especial rocío que era el Maná. Podían recoger para la alimentación de un día, pues si guardaban para el siguiente día amanecía podrido y agusanado. Pero el viernes recogían la cantidad doble para dos días, para un descanso laboral del sábado. En el Talmud (código civil y religioso de discusiones y explicaciones rabínicas del Tanaj, en Babilonia y en Jerusalén entre los siglos III y V de la Era Común) en uno de sus Ordenes llamado Moed en su capítulo Yomá que trata de Festividades, los talmudistas escribieron que el Maná era como pequeños granos blancos; y con este “pan del cielo” debían molerlo, amasarlo y cocerlo afín de hacer con él tortas. 

                En el libro de Bamidbar o Números se repite la historia del Maná, de la protesta del pueblo por la carne (repetición que he observado no es habitual en los textos bíblicos), en la perashá de Behaaltejá (“encendieres”) capitulo XI, donde leemos que después que los hebreos en el desierto protestasen con el recuerdo de las comidas que habían dejado en Egipto y “de balde” (pescado, pepinos, melones, puerros y cebollas, sic), El Eterno tras castigarles les otorgó El Maná o Man (mem y nun final). Que era como la semilla del cilandro con apariencia a la del cristal, y su sabor como la humedad del aceite, siendo enviado todas las noches y mañanas teniendo que ser recogido tras el rocío (tal) pero antes de calentar el Sol. Las pautas expresadas en el Talmud, en Yomá, de molerlo o machacarlo en el mortero, cocerlo en olla y hacer tortas, viene expresado en esta perashá de Behaalteja.

                Las dos porciones de Maná (o Lehem Misné del Shabat o “Pan del Cielo” según los exégetas) que recogían, una para la cena del viernes y una para la comida del sábado, las simbolizamos con los dos panes que bendecimos en cada comida sabática: ”Y recogerán doble porción”. Sobre sabores, gustos, cualidades, etc, del Maná han surgido multitud de leyendas, mitos, fábulas, tradiciones, anécdotas y cuentos atribuidos a relatos talmúdicos o de rabinos famosos; o como encontramos en las obras del rabino Simón Moguilevsky. Lo único veraz en este tema, según mi criterio, es lo escrito en el Pentateuco o “Torá” del Tanaj bíblico. La primera de las cuatro oraciones del Birkat Hamazón o “Bendición de los alimentos” (conjunto de bendiciones prescritas y rezadas después de una comida con pan, basada en el Deuteronomio o Debarim : “y comerás y te saciarás y bendecirás al Eterno tu Dio…”) según la tradición fue compuesta por Moisés en agradecimiento por el Maná.

                                                                  EL PAN DE HALÁ

                Vamos a efectuar un inciso en este texto general en nuestra lectura, sobre la generalizada denominación de “Pan de Halá” que se suele dar al pan sabático. Existiendo a mi parecer la confusión de identificar la palabra o concepto de “Halá” con dicho pan exclusivamente; y por añadidura identificándole con el “pan trenzado”. La Halá (con het) es el pequeño trozo de masa que se aparta antes de hornear un pan en representación simbólica de la cantidad fija que se daba a los Cohaním del Templo. El mandato proviene de lo que figura en Bamidbar o Números: “De las primicias de vuestras masas apartareis una ofrenda al Eterno (15,21)”. Tras la elaboración de la masa de pan de más de 2,5 kilos y decir la berajá (oración) de B.A.A…lehafrish Halá, se aparta un trozo del tamaño de una azofaifa andaluza (más grandes que las magrebíes) o de un dátil normal no medjoul; y se quema añadiendo la berajá o bendición: Haré ze Halá (“Esto es la Halá”). Si pesa menos no se dice esta berajá, y ninguna bendición si pesa menos de 1,2 kgs. Es decir, que el Pan de Halá en mi opinión es todo pan fabricado o elaborado domésticamente según las normas religiosas judías, y no solo el de Shabat; y sin de forma y/o aspecto especial.

                Recuerdo en el primer tercio del siglo XX, que en mi familia y conocidos, o vecinos de las ciudades de Larache y Alcazarquivir (durante el Protectorado de España en Marruecos), los panes que se amasaban diariamente por los judíos solían ser alargados “y sin trenzas”; pero el Pan del  Shabat era redondo como una hogaza o como el khobsa moruno. Panes que los viernes al medio día se veían mayoritariamente sobre los tableros o planchas de madera que llevaban los al-terrah (porteadores indígenas) sobre sus cabezas al farran, tanur u horno público acompañando a las ollas o cazuelas de dafinas y orizas, bien selladas estas con masilla de harina.  Para distinguirlos litúrgicamente de los de la semana, se solían embadurnar con yema de huevo, y adornar con anís matalauva y/o con ajonjolí. Y ninguno que recuerde tenía trenzas; lo que se puede comprobar observando fotografías o pinturas de la época de hornos públicos y del “transporte de panes” en las juderías.

                Las trenzas del pan de halá comienzan a aparecer en los hogares judíos en el Magreb tras el desembarco de las tropas norteamericanas en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Su origen es del judaísmo asquenazí de la Europa Oriental y de Rusia, donde en épocas anteriores a la Shoá u Holocausto consideraban al pan hecho con huevo una comida de ricos, siendo mas especial si añadían miel o azúcar; por lo que sería digno del Shabat. Y recuerdo su aparición en Marruecos pocos años después de la creación del Estado de Israel en 1948 por la influencia/simbiosis en este país de la cocina asquenazí con la tradicional sefardita y/o magrebí. Los asquenazíes solían utilizar tres trenzas para confeccionar el pan de halá del shabatcuyo simbolismo con relación a los “Diez Mandamientos” representaban las palabras zajaror o “recordar”, shomaror o “guardar” y la tercera por bedibur ejad o “pronunciados como uno” (o unidad). Para otros las tres trenzas representan entrelazadas los seis días laborables de la semana. Y así varias interpretaciones. Cuando las adoptaron los sefarditas a partir de la creación del Estado de Israel su significado fue: la Creación del Holam (Mundo), el Éxodo de Mizrahi (Egipto) y la llegada próxima del Mashiaj (Mesías).

                                 CINCO CUESTIONES  /  PREGUNTAS,  o “HALASH OT”

                   1ª C y P: Cubrir/tapar los panes
                   2ª C y P: Partición de los panes; cual y como.
                   3ª C y P: Dar el pan en mano, tirarlo o colocarlo
                   4ª C y P: Actos de cortesía 
                   5ª C y P:  La Sal.

                Primera C y P: Cubrir/tapar los panes: Una de las tradiciones que concernía a los dos panes del Shabat y en relación con la Halajá (Reglas y leyes judías extraídas de la Torá oral y escrita y de leyes rabínicas), tanto en nuestra familia como en muchas familias del norte y zona central y costera de Marruecos que pude constatar, consistía en cubrir o tapar las halot desde el momento que se ponía la mesa el viernes. Se cubrían con un mantelito especial para la ocasión, tanto por arriba como por debajo. Aunque algunos eruditos de mi ciudad natal larachense decían que era suficiente por encima ya que la mesa, el tablero o la zenía (bandeja) donde se posaba servía de cobertura inferior. Nos explicaban que esta doble cobertura era como recuerdo de las dos capas de rocío que envolvía al maná para protegerlo a la hora del mudem (amanecer) en que caía.

                También nos explicaban que como el pan tiene preferencia con las bendiciones que se van efectuando, al decir la berajá o kidush del vino la cubríamos como para “ocultar” su existencia y presencia en ese momento. Ya que de lo contrario contraveníamos la regla de priorizar la bendición del pan. En las diferentes ramas de nuestra familia colocamos el pan en Shabat y festividades sobre una rectangular y artística tabla de cristal fabricada específicamente y personalizada con nombres en su taller Art Glass, de Londres (www.chuppahglassart.com) por la prestigiosa artista oriunda hispano- magrebí Eva Edery. En cuya composición artística de cristales policromáticos tipo murano, suele incorporar parte del vaso roto por los novios bajo la hupá (lo que cubre a los contrayentes durante la ceremonia matrimonial) en la boda.

                Segunda C y P: Partición de los panes; cual y como. Esto era una cuestión que se planteaban nuestros rabanim(rabinos) en el “Magreb al Aksa dianna”. Era esencialmente: ¿Cual de los dos panes había que cortar?  Y también consecuentemente de: ¿Como cortarlo; si con la mano o con un cuchillo?. Los jajamin (“sabios”) nos expresan varios comentarios en relación al acto de bendecir y cortar el pan sabático. Basándose en que la Torá dice “recojerán” y no dice nada sobre “el cortar”, es por lo que algunos escribieron que solamente había que partir uno solo de los dos panes aunque la berajáo bendición se debe efectuar sobre los dos juntos. Era tradición marroquí en nuestras familias que si era suficiente se partía un solo pan de los dos bendecidos y el otro se utilizaba en la comida. Reservándose una parte para el Birkat Hamazón ( bendición después de una comida) y dejando un trozo el viernes noche en la mesa (junto a la sal y el vino) al terminar la cena como una prolongación ininterrumpida del Shabat. Para  la comida se utilizaba los demás panes o panecillos que se habían confeccionado, pues se solían amasar suficientes en el domicilio, a veces de diferentes tamaños en el domicilio, y luego  hornear.

                Tras el lavado de manos y su berajá de Netilat Yadaim, sin hablar ni intercambiar palabras ninguno de los comensales (se habla una vez que se ha probado el pan) el señor de la casa (aquí se suele plantear un acto de cortesía), con todos los comensales sentados, antes de decir la berajá del hamosí lejem min ahares levanta ambos panes horizontalmente uno sobre otro con todos los dedos de ambas manos, sin que las Halot estén envueltas en nada. Y dice la berajá(oración) en voz alta para todos. Generalmente el viernes se suele cortar el pan de abajo y el Shabat al medio día el de arriba; y hay quien tiene costumbre de cortar ambas halot.

                Antes del lavado de manos y de la berajá del hamosí, es tradición en los oriundos magrebíes el decir tres berajot o “bendiciones”: una berajá por el fruto de la tierra (… Boré perí haadamá, “Bendito tu …Creador del fruto de la tierra”); una por el fruto del árbol ,(…Boré perí haets) que generalmente eran aceitunas (que además es y son  prioritarias, según los elogios de la Torá, sobre los demás frutos del árbol) “verdes”, ya que las “negras” o pretas cahlas( habituales en la alimentación en el Magreb) no era hada o tradición utilizarlas en Shabat y fiestas. Y una tercera bendición por todo producto que no es de la tierra (…Shehakol nihyá bidbaró, “que todo creó con su palabra”) utilizándose generalmente el “pescado cosho” o “en sharmila” del viernes por la noche que es tradición cocinarlo de esta forma. Siguiendo el orden de comenzar por el haetz, luego haadamá y tercero elshehakol .

                El dilema tradicional de si partir o bien cortar el pan, en nuestra tradición magrebí no existía en cuanto a cortar el pan con un cuchillo en la mayoría de las familias tradicionales de Marruecos. Ya que no se utilizaba un cuchillo para cortar la Halá tras la berajá del hamosí. Nos basábamos en el relato bíblico de que nuestro Patriarca Abraham cuando fue probado por El Dió (lo singularizamos para evitar una mala interpretación politeísta con un aparente plural con la “s”), no utilizó o puso el cuchillo sobre su hijo Isaac. Por lo que tradicionalmente el cuchillo lo ponemos encima de la mesa, al lado del salero, pero sin utilizarlo para cortar el pan. Lo que se suele hacer es partir el pan por la mitad con la mano: una mitad la utiliza el señor de la casa para, según la costumbre generalizada, untarlo en sal mientras va pronunciando el A. Melej… Y después de probarlo va despedazando la otra mitad y tras untarlo en el salero o salarlo se lo va entregando o “colocando” a cada comensal. Mi bisabuelo Rebí Mosé Benchluch “Baba Hbíb”, uno de los sadikim de Larache que lo comparte con Rebí Yusef Hagalili, solía hacer una pequeña incisión inicial en el pan antes de la berajá o bendición, lo que facilitaba en partirlo por la mitad con la mano. Costumbre que ha continuado en nuestras familias sin conocer el motivo u origen del corte. 

           Tercera C y P: Entregar el trozo de pan en mano, tirarlo o colocarloya que una duda tradicional en nuestro país magrebí era Si el pan troceado ¿había que darle en mano, pasarlo o lanzarlo al comensal?. Y este proceder relacionadocon el reparto del pan tras la bendición responde al interrogante de cual de las tres maneras había que entregar el hamosí “extraído” del panEn Marruecos, cuando todavía existían comunidades judías en todo el país hasta finales del siglo XX, al salir del cementerio tras un entierro había la costumbre de entregar “en mano” una hogaza de pan a los mendigos que en fila esperaban en la puerta del bet hahayim, al igual que se les entregaba a todos los asistentes “en mano” la rosca de pan tras la sheudá (comida)de una mishmará (aniversario defunción) en el domicilio o en la sinagoga. Lo que simbolizaba dicha entrega en mano directamente momentos de tristeza, como ocurría con las personas en duelo a las que se les da el pan en mano. Por lo que se contraponía no entregando en mano durante la berajá sabática del pan como símbolo de la alegría del día de shabatUna costumbre de mi numerosa familia cuando vivían en Mekinez o Meknés ( “La Petite Jerusalem”, “Al Koub Sguera”) casi toda formada por jajamimrebisim y algunos sadikim de Meknés, Salé y Larache (Bousidan, Berdugo, Messas, Encaoua, Benchluch) era salar tres veces el pedazo de cada cada persona, los ponían todos juntos en una bandeja y los iban cogiendo.

                Cuarta C y P: Actos de Cortesía. Tradicionalmente siguiendo la Halajá se va repartiendo el pan según un ordenempezando por los varones, comenzando por los de mayor edad y descendiendo, y luego las mujeres en el mismo sentido, excepto las casadas que tienen prioridad sobre los jóvenes. Una excepción es el viernes por la noche con el cavod u honor que se le hace a la señora de la casa que es la primera en recibirlo y que ha permanecido sentada durante el kiduch u oración del vino (al igual que las casadas o viudas asistentes) “simbolizando a la Reina” y en alegoría al recibimiento sabático como un homenaje que se le hace por su esfuerzo en la preparación del Shabat; complementando el homenaje en el recitado o meldar del Eshet Hayil “Una mujer valiosa”. También he observado en muchas familias tradicionales que en todas las ocasiones la primera en recibirlo es la esposa.

               Generalmente existe un acto de cortesía cuando se tiene invitados, amigos o familiares, en el que el dueño de la casa suele hacer el cavod de que uno de ellos diga el hamosí; lo que no solía ser tradición magrebí cuyo honor sí lo solían hacer con el kidush o bendición del vino. En todo caso, si había una personalidad o rabino se le pasaba el trozo de pan del hamosí el primero como honor. En el Shulhan Aruj de mi tocayo Yosef Caro y uno de mis libros de cabecera, en el apartado “Las berajot” o bendiciones que dice :< La recitación de la Berajá de Hamotzí solo es obligatoria para uno de los comensales, teniendo preferencia el amo de casa, aun si fuesen personas honorables como un Cohén o un Talmid Hajam (“discípulo de sabio”) que cumplen con su obligación “escuchando” y respondiendo todos Amén>. 

               Quinta C y P: La Sal en que se unta o con la que espolvoreamos el pan de Halá antes de pasarlo a los comensales, siendo tradicional el uso de la sal gorda no refinada, es para recordar que todos los pactos se ratificaban en nuestra historia con sal; y también para recordar las tzamarás o desaventuras de nuestra esclavitud en Egipto. Pero sobre todo simbólicamente, ya que la mesa de un hogar judío y en especial la de Shabat, debe ser como un reflejo a semejanza del Altar del Beit Hamikdash o Templo de Jerusalén. 

                La sal es un elemento que difícilmente caduca, excepto en presencia de humedades lo que suele atraer hongos. Este sentido imperecedero es por lo que es uno de los símbolos del pacto del Dió con el Pueblo de Israel.  En todas las religiones de la antigüedad la sal ocupó un destacado lugar como beneficiosa o positiva; y en el Tanaj es mencionada en treinta y cinco lugares como elemento o figura positiva o negativa (recordemos a la mujer de Lot). Como por ejemplo leemos en las Crónicas en Reyes y en Samuel: “El Dió otorgó a David el Reino de Israel a el y a sus hijos como Pacto de Sal”. 

           Para concluir recordemos que los sacrificios ofrecidos en el Mizbeaj o Altar del Templo de Jerusalén eran previamente espolvoreados o cubiertos con sal gorda; y según nuestras tradiciones magrebíes sefarditas preferentemente del mar que suele ser pura y limpia. Por ello al considerar la mesa del Shabat como un mizbeaj ponemos la sal. Y el untar tres veces el pan en la sal tras el Hamosí nombrando en las tres al Dió tiene nuestra tradición y una explicación en gematría. El nombre del Eterno equivale a 26; y este número multiplicado por 3 (las tres veces que untamos) es 78 que es el valor numérico de la palabra hebrea melaj que significa “sal”.

                               Al Tebíb Harofé José Edery Benchluch Enero 2.021, Tevet 5.781
        
 

EL PAPA, EL JUDÍO Y EL FRANCISCANO

            3888-EL PAPA, EL JUDÍO Y EL FRANCISCANO 

                              La grandeza de mis paisanos

                         por el Dr. José Edery Benchluch

 

              Mi amigo el Embajador de España en Suecia, Javier Jiménez-Ugarte, me remitió una invitación del franciscano Padre Czeslaw Michal Stachera, más conocido por este trabalenguas de apellidos como “Padre Simeón”, de la presentación en la Facultad de Teología de Granada de su tesis doctoral “Franciscanos y sultanes de Marruecos”. Lo que inmediatamente me trajo al recuerdo nuestra primera conversación que mantuvimos a finales del año 2008. Tengo que indicar que la Orden Franciscana está instalada en Marruecos y legalmente autorizada por el Sultán desde el siglo XIII, pocos años después de la decapitación en Marraquech en 1220 de los cinco Protomártires de la Orden de los Frailes Menores (Berardo, Pedro, Acursio, Adyuto y Otón). Muertos por su imprudente y arriesgadalabor misionera y predicadora entre los musulmanes, a pesar de los consejos e impedimentos de los cristianos residentes en dichas tierrasque varias veces les obligaron a regresar a Ceuta. La autorización era y sigue siendo exclusivamente  para su misión pastoral entre loscatólicos así como la religiosa en el interior de los templos. Y entre la población musulmana solamente determinadas obras sociales y educativas autorizadas, pero nunca como misioneros evangelizadoresy predicadores.

 

            Era una fría y lluviosa noche del otoño madrileño cuando sonó el teléfono en mi domicilio. Descolgué e inmediatamente escuché una desconocida voz, que en un peculiar castellano con acento centroeuropeo me preguntó:

         <<¿Es el doctor Edery?. Perdone la molestia a estas horas, soy el Padre Simeón, párroco de Larache, y ha sido nuestro amigo el Señor Cónsul General Don Javier quien ha insistido en que le llame. Precisamente acabamos de cenar en su residencia consular en Tetuán, donde he venido para exponerle la difícil situación de nuestra “iglesia”. Me ha dicho que es Vd. judío y que como Vd. suele actuar según Don Javier como Arquímedes, nos podría ayudar en la solución del problema que le he planteado.>> Se refería a un dicho que muchos diplomáticos me atribuían por mi forma activa y expeditiva de actuar. “Dar a Edery medios con que escribir y un teléfono para comunicarse y moverá a todo el mundo” (Arquímedeshabía dicho: “Darme un punto de apoyo y moveré el Mundo”) 

 

          Mientras le preguntaba que deseaba y de que se trataba, mi mente a una velocidad vertiginosa trabajaba intentando descifrar cual era el contubernio que se había elaborado entre el Cónsul General de Tetuán Javier Jiménez-Ugarte que también era Cónsul de España en Larache incluida la circunscripción de Alcazarquivir, y el párroco de mi ciudad natal. Pensé también que podría haber libado más de la cuenta por la habitual generosidad con la que el Cónsul General solía obsequiar a sus amigos e invitados con prestigiosos caldos vallisoletanos de denominación de origen como los Protos. Casi siempre ayudado por los exquisitos platos preparados por su esposa Mercedes Luelmo, una gran y experta diplomática consorte, hija del conocido poeta vallisoletano José María Luelmo Soto; y cuyas dotes culinarias, casi secretas, solo las suele reservar para la familiaespecialmente hijos y nietos, así como para los amigos íntimos. 

 

    <<Mire Usted “Hermano” José: (malo este tratamiento fraternal y con el usted inicial, pues  por experiencia sabía que cuando un religioso cristiano, musulmán o judío utilizan respectivamente el afectivo vocablo “hermano”,” jay o “aj” con o sin adjetivo posesivo de juya  en árabe o de shelí en hebreo, es para pedirte algo “gordo”)Soy un franciscano polaco que al igual que mi paisano el Papa Juan Pablo II recurro a Vd. como lo hacía Karol Wojtyla con su amigo judío Jureck. Como sabe, desde la infancia el Papa en su ciudad natal de Wadovice tuvo un amigo judío (vivían a ambos lados de la plaza del pueblo) llamado Jerzy Kluger al que apodaba “Jureck” y sus amigos a Karol le apodaban “Lolek”, con el que compartía el mismo banco escolar, nadaban en el río Skana, escalaban montañas, esquiaban, hacían teatro, e incluso en ocasiones compartieron rezos.

                  El Papa cuando tenía problemas durante su juventud con sus correligionarios y en años posteriores con la feligresía, solía recurrir a su amigo judío Jurek para que, le apoyara o le ayudase, pues era un buen mediador, bastante objetivo y bien aceptado por todos. Es por este ejemplo de mi admirado Papa y paisano polaco por lo que recurro a Vd, como el hermano judío José.>>

 

    Mientras me hablaba recordé que efectivamente Jerzy Kluger, uno de los coprotagonistas en la película sobrel Papa Juan Pablo II,había sobrevivido a la Shoá (Holocausto) nazi en cuyos campos de concentración donde habían sido exterminados gran parte de su familia, ante la pasiva colaboración o indiferencia de las poblaciones polacas y alemanas. Tras el reencuentro de ambos después de la guerra ya nunca volvieron a separarse, instalándose Kluger y su esposa en Roma hasta su fallecimiento en diciembre de 2011 a la edad de noventa años. La primera visita que concedió el nuevo Papa fue a su amigo desde la infancia. Y de el se valió Juan Pablo II paramejorar las relaciones entre El Vaticano y los judíos, que fructificaron con la histórica visita a la Sinagoga de Roma el 13 de abril de 1986; y más adelante favoreciendo el establecimiento de relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en 1994.

 

            Era la primera vez a lo largo de toda la historia que un Papa visitaba una sinagoga, siendo recibido en un apretado abrazo por su starszy brat (“hermano mayor” en polaco como solía denominar el Papa a los judíos) el Rabino de Roma Elio Toaff, antes de pronunciar en el interior del templo un emotivo discurso, parte de el en hebreo. Meses antes había visitado la Gran Mezquita de los Omeyas, que creo que también era la primera vez que un Pontífice visitaba un templo musulmán.

 

           Años después el Papa Benedicto XVIexoneraba a los judíos,a los que denomina älteren Bruder (“hermanos mayores” en alemán al igual que los starsi bracia “hermanos mayores” en polaco de su antecesor Juan Pablo II) de ser culpables de la condena a muerte de Jesúy pidió públicamente perdón del histórico antisemitismo cristiano. Visitó también la sinagoga romana en enero de 2010, tras las visitas a las sinagogas de Colonia y Nueva York, y 24 años después de la visita efectuada por el Papa Wojtyla.

 

         Tengo que agradecer al Papa Benedicto XVI lo expuesto en su trilogía sobre Jesús en su libro “Jesús de Nazaret. Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección publicado en 2012, que confirmami tesis sobre la Última Cena y la Crucifixión de Jesús. Tesis que yovenía exponiendo en conferencias (desde mi etapa en los Marista en Bachiller, sobre todo durante las representaciones sacramentales escolares de Semana Santa) y en artículos desde hacía muchos años. Y que publiqué también en mi obra “Viajando por el MagrebHispánico. Año 2011” en el Capítulo IV: Los Rezos, en el subcapítulo “Oraciones del Seder de Pesaj y la Eucaristía”Tesis que reproduzco en mi última obra casi copia de la anterior, “Viajando por el Magreb” cuya presentación se efectuó el miércoles 6 de marzo de 2013 en la Casa Árabe, ubicada en las antiguas Escuelas Aguirre de la madrileña calle Alcalá 62 , a cargo del Subsecretario D. Rafael Mendivil, del escritor D. Jon Juaristi, del Delegado de Artes, Cultura y Turismo del Ayuntamiento D. Fernando Villalonga y del DirectorGeneral del Centro Sefarad Israel D. Florentino Portero. Y en la que escribió un elogioso artículo en “El Imparcial” y en la contraportada de la obra el prestigioso historiador y escrito el Profesor D. Víctor Morales.

 

         Un estudio en mi obra magrebí editada un año antes que la deJoseph Ratzinger quien corrobora con su libro en el capítulo V mis teorías, de que los Evangelios estaban equivocados en cuanto a los días de la Ultima Cena (yo añado las pautas ceremoniales de la ortodoxia) y de la Crucifixión, aunque el Pontífice solo señala como erróneos en cuanto a fechas solamente a los Evangelios Sinópticos (que son los tres primeros).

 

            Desde los tristemente antijudíos Concilios de Elvira o Iliberisen Granada a principios del siglo IV (el primero convocado en una provincia romana) y el de Letrán en el siglo XII; un siglo después de este el Papa Inocencio III en el cuarto Concilio de Letrán acentuó las medidas discriminatorias contra los judíos de la cristiandad, introduciendo por primera vez la obligación de llevar un distintivo judío en sus vestimentas. Consistía en unas tablas de la ley en Inglaterra, un paño rojo en forma de rueda en Francia, en Alemania un trozo de tela amarilla en forma de O denominada “rotella, etc. Ymenos mal que gran parte de nuestra Península era todavía de dominio musulmán. Excluyendo la época de los Papas renacentistas italianos, inteligentes, cultos y que no persiguieron a los judíos, paralos correligionarios de Jesús descendientes de sus paisanos de Judea y Galilea, en el mundo cristiano a lo largo de la historia a partir del siglo IV todo fueron discriminaciones y persecuciones (primero fueron institucionales y posteriormente populares o ambas) que solían culminar en aislamientos, destierro, prisióy/o muerte.

 

        Pues bien. Hasta la llegada a la Silla de San Pedro de mis queridos y admirados Pontífices Angelo Roncalli y Karol Wojtyla, y también, con puntuales precisiones, de Joseph Ratzingerno se habíainstalado un verdadero y sincero diálogo entre los máximos dirigentes judíos y cristianos (excepto los antecedentes en 1947 de la conferencia en el bonito pueblo suizo de Seelisgurb en que se establecieron las bases para eliminar la acusación de pueblo deicida).La Conferencia de Seelisgurb fue muy comentada en la época entre los judíos del Marruecos español, pues recuerdo que mi padre y su entorno de amigos no paraban de comentar con ilusión y simpatía acerca de sus participantes. Como si fuesen estrellas deportivas de una selección internacional de varios países; razón quizás por la que se me grabaron en mi memoria a fuerza de escuchar sus nombres.Entre las personalidades católicas, protestantes y judías participantes recuerdo mencionaban entre las primeras al capuchino Pére Peteul llamado popularmente “Le Pére des Juifs”. Al Abate Charles Journet amigo de Maritain, al dominico oriundo de Alejandría el Padre Jean de Menasce perteneciente a una noble familia judía egipcia. O al Padre Paul Démann un húngaro de la prestigiosa Congregación Nuestra Sra. de Sión que efectúa una eficaz labor de puente entre cristianos y judíos. Entre los judíos, al historiados francés Jules Isaac, el Gran Rabino de Francia Jacob Kaplan o el de Rumanía Alexandre Saffran, y el escritor de origen ruso Josué Jehouda.

 

             Al Papa Juan XXIII (Angelo Roncalli) fui de los afortunados junto a mis compañeros de la Promoción Médica de Granada que tuvimos y tuve el honor de verle y saludarle en Roma en el verano del año 1961 (acompañados por nuestro compañero de curso Joaquín Navarro Valls que sería décadas después Portavoz del Vaticano), donde vivíamos en una residencia de monjas en los aledaños de El Vaticano. El diálogo ecuménico se inicia en el Concilio Vaticano II de 1965 con la declaración “Nostra Aetate” relacionada con las religiones no cristianas, en la que se retira la acusación a los judíos de pueblo deicida. Algunos pretenden incluiren el grupo a Eugenio Paccelli, por su ayuda a los judíos italianos durante la guerra, pero hasta que no se abran los archivos vaticanos, prometido por Ratzinger para dentro de cuatro años, no podremos conocer las verdaderas razones del silencio del Papa Pio XII ante la Shoá y las persecuciones nazis. 

 

          Tras el largo monólogo telefónico del Padre Simeón (es más fácil llamarle así) desperté bruscamente de mi letargo de recuerdos y volviendo a la realidad, escuché:

 

  <<… y es por todo ello por lo que necesito su colaboración y ayuda para reparar la iglesia de Nuestra Señora del Pilar de Larache, que se está cayendo a pedazos.>>

 

       Menos mal que lo que me pedía era un compromiso material, bien alejado del psicológico y espiritual como le debió ocurrir tras la Guerra Mundial a Anton Zoller rabino principal de Roma, por agradecimiento a Pio XII o por el episodio paulino que al parecer le ocurrió el día de Yom Kipur durante las oraciones finales de la Nehilá. Fenómeno psíquico auditivo (escuchar voces celestiales)comprensible tras día y medio de ayuno total y en un entorno emotivo personal, espiritual y general muy peculiar en esas últimas horas de profundos rezos y peticiones de clemencia y perdón al Todopoderoso.

 

             No fue tarea difícil explicar a los miembros de la ACAM(Asociación Cultural Amigos en Marruecos y Funcionarios en este país adscritos al MAEC que yo presidía desde su fundación) sin distinción de creencias, los motivos y fines de una contribución voluntaria y personal para la reparación de un edificio tan emblemático, sobre todo para los larachenses, como era la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar de la ciudad. Las aportaciones económicas comenzaron a fluir inmediatamente en la cuenta bancaria especialmente creada por el Párroco y al año siguiente recibimos la invitación parroquial para la inauguración de la totalmente reparada yrestaurada Iglesia. La ayuda se solicitó no solamente a los socios de Larache, sino a todos en general entre los que figuraban los oriundos de las ciudades del antiguo Protectorado Español y los funcionarios y diplomáticos que estuvieron destinados en Marruecos.

 

              Al poco tiempo de iniciarse las aportaciones económicas de los socios y simpatizantes de la ACAM, recibí una llamada telefónica del Padre Simeón, en la que noté un cierto tono de enfado. Me explicó que se debía a que las primeras aportaciones correspondían a personas con apellidos “sefarditas”(sic) y una con apellido “musulmán” (sic). No lo podía comprender. “Incomprensión” que me alteró mi estado nervioso y que me hizo responderle con tono irritado y molesto.

 

              Casi de igual forma como tuvo que responder mi abuelo paterno Yamín en 1911 según cuentan los mentideros larachenses, al famoso y prestigioso rabino mendicante lituano polaco Rebí ZeebHalperin ante su intransigencia, rigidez e incomprensión hacia sus correligionarios de Larache. Cuyas particularidades culturales y tradiciones religiosas o de ortodoxia, y sus cordiales relaciones con los conciudadanos de otras creencias nunca quiso o pudo comprendercon su estricta mentalidad centro europea. Rebí Zeeb que procedía de la Academia Talmúdica de Volozhyn, permaneció algunos años en Larache donde fue socio de mi abuelo en crear industriasalimenticias, así como de velas y bujías para mejor “cacherizar” a la población judía local, antes de instalarse en Meknés donde fundó la famosa Academia Talmúdica Em Ha Banim.

 

     <<Mire Padre Simeón. No me extraña que no comprenda que por la convivencia y perfecta compenetración y respeto que existió sin distinción de religión o creencias entre los habitantes de las ciudades del Protectorado, principalmente entre los residentes en Larache, Alcazarquivir, Tetuán y Tánger, nos parece normal las aportaciones de unos para rehabilitar un edificio religioso de otros. Si la misma colaboración y convivencia ecuménica de nuestros paisanos que a Vd. le sorprende, hubiera existido entre sus paisanos cristianos polacos se hubieran evitado cientos de miles de personas exterminadas, mayoritariamente de confesión judía.>>

 

         No me respondió y solamente me rogó transmitiera su agradecimiento a todos los donantes, labor que le debiera haber correspondido a el personalmente como también me indicaron algunos donantes. Luego me arrepentí de mi repentino e incontrolado exabrupto, ya que yo era el primero que reconocía y comentaba laelogiosa labor pastoral y educativa que realizó con gran acierto, entusiasmo, organización germánica y con fructíferos resultados el Padre Simeón, tanto en ciudades del ex protectorado francés como en Larache. Y con el que hasta el día de hoy mantengo una buena y recíproca amistad y correspondencia. Cuando comprobé el listado de donantes (había algunas generosas donaciones de las tres confesiones), efectivamente entre las primeras aportaciones figuraban los apellidos judíos de Amselem, Benasuly, Bendayan, Benoliel,Edery, Fereres, Melul, etc. Y uno de estos, Don Alberto, con una buena contribución, era tangerino sin ninguna vinculación con Larache.

 

        Me gustaría culminar estos recuerdos con una pregunta a todoslos residentes en España.

 

  A un cristiano:    ¿Aportarías un donativo para la reparación de una mezquita ?. 

   A un musulmán: ¿Contribuirías económicamente a restaurar una sinagoga ?. 

   A un judío:         ¿ Ayudarías con un donativo para reparar una iglesia?. 

 

            Meditarlo. Muchos de los antiguos residentes en Marruecos como habéis leído lo hicieron y lo harían, sin distinción de objetivos religiosos y sin distinción de creencias

           Y Por toda esta grandeza de los miembros de la ACAM, demis paisanos y amigos del ex Protectorado de España en Marruecos en general, y para los de Larache en particular.

                        Para todos ellos:

          Todo nuestro respetoKol AkavodKullu hiba u szib dyalna

                             Dr. José Edery Benchluch. – en Madrid 

                 

     

 

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